En un artículo reciente, comentamos acerca de la “fecha de vencimiento” de los cascos. Técnicamente, no tienen una fecha de fin de la vida útil (EOL por sus siglas en inglés) definida por las normas, ni una vida útil definitiva. Después de todo, no estamos hablando de un alimento u otro producto perecedero. Dicho esto, la mayoría de los fabricantes tienen pautas para la inspección y el reemplazo de algunos componentes con base en la fecha de fabricación y/o la fecha del primer uso.
Pero, ¿qué pasa con los arneses de protección contra caídas?
¿Existe una fecha de vencimiento del arnés de protección contra caídas, después de la cual se considera inutilizable?
La respuesta es sí… y no. A continuación explicamos por qué.
¿Quién define la fecha de vencimiento o de fin de la vida útil de un arnés de protección contra caídas?
No existe una fecha de vencimiento predeterminada u obligatoria para los arneses de protección contra caídas. Ni OSHA ni ANSI tienen códigos o normas vigentes que establezcan un período específico para poner un arnés fuera de servicio. Incluso, la mayoría de los fabricantes no sugieren el tiempo de vida útil de un arnés.
De hecho, la única persona que realmente puede determinar cuándo debe retirarse un arnés eres tú, o tu inspector capacitado y competente. Más importante que quién determina el tiempo de vida del arnés es qué lo determina.
El problema potencial con una fecha de vencimiento obligatoria…
Podrías pensar que tener una fecha de vencimiento obligatoria para un arnés de protección contra caídas sería algo bueno. Sin embargo, podría tener algunos efectos adversos y puntos en contra.
Por ejemplo, una fecha establecida podría hacer que el usuario o el profesional de la seguridad se confiara con una falsa sensación de seguridad.
“Mi arnés tiene solo un año, así que estoy seguro de que estoy adecuadamente protegido. A este arnés todavía le quedan cuatro años de uso”.
¿Te das cuenta del problema?
Es posible volverse demasiado confiado al dar por sentado que el arnés funcionará correctamente cuando sea necesario. El usuario podría omitir la inspección de defectos cada vez que usa el arnés. Además, una falsa sensación de seguridad puede hacer que se posponga o, incluso, se omita la inspección anual realizada por una persona competente según se recomienda.
Cosas que afectan la vida útil de un arnés de protección contra caídas
Al igual que con cualquier EPP (equipo de protección personal), un arnés de protección contra caídas de cuerpo entero debe cuidarse y usarse correctamente. Algunas de las cosas que los afectan negativamente son:
- Engancharse en objetos que sobresalen, los cuales podrían causar rasgaduras en la tela o en las costuras del arnés Esto podría constituir un punto débil que podría provocar una falla durante una detención de caídas.
- El recubrimiento o la saturación de pinturas y otros productos químicos pueden debilitar los materiales sintéticos utilizados en la construcción de las correas. Retira estos materiales lo antes posible, siguiendo las pautas del fabricante para evitar un mayor deterioro.
- La exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV) o a la luz solar puede provocar el deterioro o debilitamiento de las fibras sintéticas. Cuando el arnés no esté en uso, guárdalo lejos de la luz solar.
- La exposición a sustancias cáusticas y ácidas puede deteriorar los componentes metálicos, como la argolla en D y las hebillas. Limpia estos elementos lo antes posible utilizando los métodos aprobados.
- Los métodos de almacenamiento inadecuados pueden dañar el arnés. El arnés debe guardarse en una posición colgante para que las correas se puedan “relajar”. Cuelga el arnés usando la argolla en D, y no lo cuelgues por las correas.
- Todo arnés sometido a una detención de caída debe ponerse de inmediato fuera de servicio. No uses ningún arnés después de que haya tenido lugar el evento de impacto. Este arnés debe etiquetarse como inutilizable y retirarse de servicio hasta que se destruya.
La única forma de determinar el tiempo de uso y el estado de un arnés es mediante una inspección de rutina
La única forma fiable de determinar el estado de un arnés es revisar cuidadosamente si está dañado. Esto incluye un control previo al uso por parte del usuario antes de ponerse el equipo y la inspección periódica por parte de un inspector calificado y competente.
Se capacitará a un inspector competente en los procedimientos de inspección adecuados, quien deberá documentar la inspección de cada arnés con una hoja de registro. Aun cuando la inspección previa al uso por parte del usuario —mencionada en el párrafo anterior— es necesaria, el examen más detallado que el inspector lleva a cabo en el equipo garantiza que el arnés se inspeccione correctamente.
ANSI recomienda que se realicen inspecciones formales a intervalos de no más de seis meses. El inspector no debe ser la persona que utilice el arnés que se encuentra bajo revisión. La hoja de registro utilizada debe coincidir con el arnés exacto si es posible.
Aconsejamos que un arnés que no haya sido inspeccionado formalmente dentro de un período de seis meses sea puesto fuera de servicio y etiquetado como inutilizable hasta que se complete una inspección formal, incluida la documentación correspondiente.
Procedimiento de cinco pasos para la inspección de un arnés
Estos son los cinco pasos que debes seguir para realizar una inspección formal de cualquier arnés.
Debes buscar si hay cortes, rasgaduras o hilos deshilachados, jalados o rotos, así como abrasiones, desgaste excesivo, correas o cinchas alteradas o faltantes, quemaduras, daños por rayos ultravioleta y exposición al calor y a sustancias químicas. Comienza por un extremo de la longitud de una cincha o correa; sujeta la cincha o correa con las manos con una separación de veinte centímetros y flexiona la tela. Este procedimiento puede exponer cualquier defecto que no se vea a simple vista cuando las cinchas o correas estén alineadas rectas.
Todas las hebillas del arnés deben funcionar libremente, engancharse y desengancharse completa y suavemente. Dependiendo del modelo de arnés que uses, asegúrate de que cada tipo de hebilla, incluidas las hebillas de conexión rápida, funcionen correctamente.
Busca deformaciones, grietas, corrosión, picaduras o rebabas profundas, bordes afilados, mellas o cortes, exposición a calor excesivo o a productos químicos y cualquier otro daño. Considera si hay piezas faltantes, sueltas o que funcionan incorrectamente. Esto debe incluir tanto componentes de metal como de plástico.
La argolla en D no debe estar agrietada, deformada ni dañada de ningún otro modo.
Los indicadores de carga son secciones de las correas del arnés que están dobladas y cosidas de forma segura. Las costuras rasgadas, incluso si solo están parcialmente separadas, son indicadores de que el arnés ha sido sometido a una caída y ya no brinda la protección adecuada. Retira de inmediato el arnés de servicio. Márcalo como inutilizable hasta el momento en que pueda ser destruido.
Para aprobar completamente la inspección, las etiquetas deben estar presentes y ser legibles. Asegúrate de que el identificador único del arnés sea legible para que pueda marcarse correctamente en la hoja de registro.
Una inspección formal no estará completa hasta que se termine de llenar todo el papeleo. Crea una hoja de registro si es necesario, que cubra todos los puntos de control para el arnés que usas.
Muchos proveedores, como MSA Safety, pueden proporcionarte un registro de inspección completo y detallado para cada modelo que venden. El registro que crees debe tener un lugar para ingresar códigos de condición, puntajes generales de evaluación y espacio para que el inspector anote comentarios.
Considera que la evaluación no funciona en una escala móvil. El componente, sin importar cuál sea, obtendrá una calificación de aprobado o no aprobado. No hay término medio.
Para obtener más información y consejos de seguridad, revisa nuestro blog Spotlight On Safety.